La celebración de Nuestra Señora de la Candelaria, cada 2 de febrero, está vinculada a la historia de las Islas Canarias, localizadas en el Atlántico y perteneciente al reino de España en el noroccidente del continente africano. De ahí, eventualmente, su vinculación con Puerto Rico desde tiempos coloniales.

De acuerdo con la tradición histórica, en el año 1392, finales del siglo XIV, la Virgen, en forma de imagen, se les apareció a dos aborígenes de dichas islas vinculados a los pueblos guanches, quienes en ese momento pastoreaban su rebaño. ‘Guanche’ es el nombre que se les da a los antiguos aborígenes de las Islas canarias, aunque también se les ha relacionado con los beréberes del norte de África.

No fue hasta el año de 1526 cuando fue reconocida por los españoles como la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de la Candelaria, convirtiéndose en la patrona de dichas islas. Fray Alonso de Espinosa fue quien registró el milagro atribuido a la Virgen de la Candelaria y la tradición que allí se había levantado.

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